lunes, 29 de octubre de 2012

NO PERMITAS QUE LA SOCIEDAD DECIDA POR TI, HAZ DE TÚ VIDA LO QUE MEJOR TE CONVENGA, NO POR TRADICIÓN, SINO POR CONVICCIÓN


POR: ARELI CECILIANO CORTÉS

A lo largo de la historia la concepción de la familia y estructura de la misma  ha cambiado considerablemente, hemos sido  partícipes en ésta transformación, aceptando nuevas conformaciones, rechazando otras más y lo más preocupante, utilizando una careta para cada situación, en la que se disfraza cierta tolerancia por ser el siglo XXI, pero que en el  trasfondo los prejuicios nos llevan por nombre.

Es así, como la sociedad en la actualidad se ha caracterizado, por hacer valer los derechos de las personas, proclamando aceptación por las diferencias entre cada uno de los individuos, liberación para aquellas mujeres maltratadas, oportunidades e igualdad para las personas homosexuales, la no satanización de las madres solteras, y un sinfín de ejemplos son muestra del gran avance que en este siglo supuestamente se han dado, sin embargo difiero un poco en todo ello, si bien, se ha trabajado por dejar de estigmatizar y etiquetar a la gente que no cumple con la norma exigida por la sociedad, existe un arraigo total de ciertas conductas, comportamientos que debe cumplir uno como mujer u hombre para ser ciudadanos de bien, esto sin dejar a un lado las tradiciones que la familia transmite y que afortunadamente forjamos un criterio propio que nos permite decidir si se sigue con ellas, se complementan o simplemente se aniquilan.


Ahora, si ponemos en comparación la estructura familiar de nuestros abuelos o simplemente de nuestros padres, lograremos observar grandes cambios y transformaciones, respecto a un sin fin de temas, cómo el  número de hijos, ideologías acerca de la crianza de los mismos,  matrimonio,  religión, roles asignados, y más, es decir, efectivamente  las ideas respecto a todo lo antes mencionado ¡sí! Han cambiado,  por lo que se  quiera, avances tecnológicos, información al alcance, estudios universitarios por parte de padres o hijos, que haciendo una ¡acotación! Permiten mayor apertura respecto a cualquier aspecto o situación, pudiendo así, cuestionar aquello con lo que no estamos en total acuerdo, oportunidades laborales para las mujeres y muchos más ejemplos podría poner para lograr diferenciar entre el antes y el después, sin embargo, y aunque parezca disco rayado,  existen cuestiones que aún después de tantos años de “AVANCE Y APERTURAA” nos siguen encasillando en ideas retrógradas que la verdad quisiera puntualizar:

Se vive en el SUPUESTO DE…………………………………….

Ø  Que las niñas bien, salgan de sus casas, siendo señoritas, y vestidas de blanco.
Ø  Que si se casan, debe ser por todas las leyes, habidas y por haber, pues aunque no existan, ya habrá alguien ¡que! Seguro las invente.
Ø  Que obviamente si se casan, deberán procrear y tener hijos, porque si no es así, definitivamente ¡no son mujeres!
Ø  Que la familia, esté conformada única y exclusivamente por un hombre, mujer e hijos.
Ø  Que el  proveedor por excelencia deberá de ser el varón, y la mujer encargada de los quehaceres del hogar.
Ø  Que si pasas ya de los veintitantos y no te has casado ni has tenido hijos, ¡seguro! ¡Estás quedada, solterona y ya se te fue el tren! pffffff.

Y que si le sigo, seguramente no acabaría de redactar éste artículo………….Con todo esto, ¡si logras observar!

Existen  supuestos en los que no existe un cambio como tal, que por más que se grite a los cuatro vientos que estamos en la onda del “aceptamos la diversidad sexual, la unión libre, que se viva la sexualidad y shalalalala” nos sigue costando realmente vivirlo, porque como cultura no estamos preparados para éste tipo de cambios sociales, cuestión que nos atrasa mucho más como sociedad, porque mientras no nos toque vivirlo, mantenemos sonriente nuestra careta, pero, que,  Si tenemos una experiencia similar ahí sí, proclamamos “IGUALDAD” ¡realmente irónico no lo creen!

Yo, nací el 18 de marzo del 85, por tanto tengo ya 27 años, estoy por concluir la licenciatura en Psicología y vengo de una familia conformada por mis dos padres y  3  hermanos, siendo yo la menor, las tradiciones en ella han sido las mismas esperadas en las demás familias, ¡supongo yo!!! Sin embargo las experiencias de cada una son las que marcan la deferencia, vivo con mi madre, dos de mis hermanos y mi prima quién ha demostrado ser como la hija y/o hermana que ha sabido cuidar de nosotros, es parte fundamental de mi familia, y en quién nos apoyamos, además de ser muestra de perseverancia e independencia, es un ejemplo a seguir para nosotros, mi padre y hermana viven en el extranjero, la comunicación y relación con mi familia, ha sido buena, ¿ conflictos? los de siempre, pero nada que no se haya logrado resolver, adoro a mi familia, y estoy orgullosa de ella, he recibido el mejor ejemplo de cada uno de ellos, la enfermedad de uno de mis hermanos nos ha dejado una gran enseñanza que a diario nos dice “No desistas por trivialidades, valora cada día y vívelo cómo si en realidad fuera el último”, él es el pilar que nos sostiene pues nos ha dado muestra de fortaleza y lucha, el trayecto ha sido complicado y muchas veces duro, pero que sin duda, nos pone a diario, los pies sobre la tierra, en señal de valor y humildad ante la propia vida. Una vez explicada  la dinámica de mi familia, me parece interesante hacer mención de algo:

¿Interesante? ¡No, no lo creo!  ¡LA HERMOSA PRESIÓN SOCIAL! Me cuestionan, ¡Y no precisamente mi familia! ¿Y tú para cuándo te nos casas?, ¿Y los bebés? ¿No quieres hacer abuela a tú mamá?, ¿Eres muy difícil? …………………………………………………

A lo que yo muy asertivamente les contestó: Si, si deseo tener bebés, pero por el momento quiero concluir mi carrera, ¿casarme? No, no lo creo, quizá juntarme ¡Y si no nos entendemos!, separarnos sin mayor problema, y ¿Difícil?, mmm un poco, tal vez de carácter, pero ¡nada fuera de lo normal!

TANTO, ESTOY A FAVOR DE:

Ø  La unión libre, sin contratos matrimoniales, ¡el firmar un documento no te hace dueño de la otra persona!
Ø  Si te casas que sea por “CONVICCIÓN” no por “TRADICIÓN”
Ø  Vivir plenamente tú Sexualidad, conocerte y conocer del otro.
Ø  El tener o no hijos, no te hace mejor o peor mujer, ¡el momento, lo decides tú!
Ø  Aceptar la diversidad en la conformación de las familias, pero vivirlo, no sólo decirlo.

¡Por ello!,  Si te casas, si te juntas, si te separas, si te divorcias, si eres madre soltera, o cualquier cosa que tengas en mente o en planes:

“LA DECISIÓN ES SOLO TUYA, Y EL MOMENTO AÚN MÁS”

1 comentario:

  1. ¡Excelente combinación de tu pensar y sentir como mujer y psicóloga Are!

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