PAPEL
DE LA FAMILIA “CONTEMPORÁNEA” EN LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS.
En
la familia se habla de objetivos que hay que cumplir o llevar a cabo. Entre
estos, encontramos la educación de los hijos y fundar en ellos valores, así
como el cubrimiento de necesidades
básicas, (salud, alimentación, seguridad, y vestimenta) sin embargo,
cada familia se las ingenia de diferente manera para cumplir con ellos.
Hace
poco tiempo, (20 años aproximadamente) los roles estaban completamente
establecidos, papá debía salir a trabajar para llevar comida y dinero a la
casa, y mamá hacerse cargo de la casa y de cuidar a los niños. Hoy en día, esta
concepción ha cambiado, pues ahora no importa si la mujer es quien sale a
trabajar y si el hombre se queda en casa para hacerse cargo del hogar y del
cuidado de los hijos. Sin embargo, hay quienes cumplen con el mismo objetivo dejando
de lado otros, es decir, ambos salen a trabajar, tanto padre y madre trabajan
largas jornadas, para cubrir las necesidades de los niños (desde comida y techo
hasta académicas) y la pregunta es: ¿Quién se hace cargo de inculcar valores en
los niños y de su educación como es el respeto, la tolerancia, cooperación,
etc.?
Muchos
padres tienen la idea de que cumplen con tal objetivo enviándolos a la escuela,
pero ¿debería ser la escuela la encargada de fomentar estos valores? La realidad
en las familias “contemporáneas” es que los niños crecen con la televisión y
las nuevas tecnologías, y si bien les va, algunos cuentan con cuidadores que, con
regularidad son otros familiares (abuelos, tíos, etc.) o son pagados por los
padres, y de esta manera, éstos intentan compensar la falta de tiempo de
calidad con sus hijos y por ende, la transmisión de estos valores
imprescindibles -los cuales no en todas las ocasiones son transmitidos por los
cuidadores con los que los niños pasan la mayor parte del tiempo-.
Algunos
padres, en el tiempo de descanso que tienen, no quieren saber de tareas
escolares, ni asuntos relacionados, con lo cual, se da pie a que los niños
eviten hablar del tema y los padres no sepan nada de los que están viviendo sus
hijos. Así mismo, los niños comienzan a reprimir una serie de sentimientos y
habilidades que pueden ser fortalecidos por los padres.
También
se da que otros tantos de los padres de familia mantengan cierto sentimiento de
culpa por no estar tanto tiempo con ellos, y quieran compensarlo con regalos
materiales y cumpliendo caprichos del menor y, de esta manera truncan los
límites en los infantes. Así es que, si la escuela ha inculcado algún valor, habilidad o conocimiento, al llegar a casa,
todo el proceso que se ha ganado tiende a retroceder en casa, pues no es
reforzado por los padres.
Por
tanto, es importante que los padres se realicen, que trabajen y lleven a cabo
otras actividades que sean de su agrado, que compartan gastos y que intenten
darle todo lo que necesiten a sus hijos, pero no hay que perder de vista, que
también se necesita de su participación en los asuntos de educación y valores;
es cierto que la escuela juega un papel importante en la formación de los
menores, pero siempre se requiere que los padres participen también en estas
actividades, que cooperen con los profesores de sus hijos para un mejor
resultado, por ejemplo en la ayuda de tareas en sus hijos o asistiendo a las
actividades que proponen los profesores como la invitación a realizar lectura
dentro del aula de clases.
Si en
verdad quieren lo mejor para sus hijos, denles tiempo, préstenles atención,
fomenten valores, convivan con ellos, ayúdenles en sus tareas, platiquen con
ellos, no los dejen encargados con la televisión, el internet o los
videojuegos, y además, pongan límites. A continuación presentamos algunas
propuestas para pasar tiempo de calidad con los niños:
ü Platica
con tu hijo en cualquier oportunidad: Durante los caminos del día (al ir hacia
la escuela, al recogerlos, etc.), al compartir los alimentos, antes de dormir. Pregúntale
qué hizo durante ese día, cómo le fue, con quién estuvo, quienes son sus
amigos, así mismo cuéntale lo que tú hiciste en el día.
ü Al
platicar con ellos, no le des “el avión”, pon atención a lo que dicen, seguro
se dan cuenta. Ellos se sentirán importantes si les prestas atención, valora lo
que é o ella hace, dale tú opinión, pero “sin regañar” eso los hace sentir que
no hacen nada bien o culpables de toda acción.
ü Pregunta
ocasionalmente cómo van avanzando tus hijos en la escuela, qué se les complica
y en qué ha mejorado.
ü Ofrécete
a ayudarle en sus tareas, investiga de que manera le puedes ayudar, pero sin
resolverle el trabajo completo.
ü Usa
las nuevas tecnologías a tu y su favor: Investiga que juegos existen, que le
llama la atención y juega con ellos lo que les gusta (aunque sea 5 minutos). No
permitas que tenga acceso todo el tiempo que tú no estás con ellos, limita su
uso. Existen juegos recreativos que favorecen su desarrollo.
ü No
olvides los juegos clásicos como la lotería, el domino, el memorama, palillos
chinos, trompo, balero, damas, rompecabezas, juegos que tú usaste cuando niño
(a). También son de utilidad para mejorar la convivencia y sus capacidades.
ü Los
límites también son importantes para que se relacionen mejor con los otros. Marca
reglas claras y concretas, (ej. El juego termino, es hora de levantar los
juguetes).
ü Cuando
hagan algo mal, explica qué hizo mal y dale alternativas para resolver, más no
digas que él o ella es malo (a). También puedes explicar las consecuencias
antes de que lo realice.
Recuerda
que la salud mental de tus hijos mejora su calidad de vida, su creatividad, y
su desempeño escolar, lo que le permitirá adaptarse más fácilmente al entorno
que los rodea. Y para lograrlo es necesario que no dejes todo en manos de los
profesores y/o extraños. La pieza principal en la educación de los
hijos son los padres.
Lili Marlene Torres Guadarrama
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